Un Milagro llamado Cazorla
A Cazorla le ha tocado vivir la parte más cruel del fútbol, la de estar lesionado. Sin embargo, su caso es todavía más triste porque lleva nada más ni nada menos que dos años sin poder jugar debido a ocho operaciones y una infección en el tendón de Aquiles. Aún así, él sigue feliz y confiado de que regresará pronto.
Origen
Todo empezó en Ginebra, el 10 de septiembre del 2013. Cazorla jugaba en un partido amistoso con la Selección contra Chile cuando de repente, recibe un golpe que le provoca una fractura en el hueso del tobillo derecho. A partir de ahí empezó el dolor y las infiltraciones constantes para poder jugar. Su ilusión por jugar y ser importante en el Arsenal podían con el dolor. Según ha dicho para Marca: "Las primeras partes las aguantaba pero cuando llegaba el descanso y se enfriaba se me saltaban las lágrimas".
Operación tras operación
En el diciembre del 2016, tres años después de la lesión se somete a la primera operación de ocho. Pero cada vez que saltaba al campo se le volvía a descoser, una y otra vez. Los médicos de Inglaterra tampoco eran muy favorables a su incorporación. Tanto es así que el médico le dijo que si volvía a caminar con su hijo que se diera por satisfecho. Pero Santi no se rindió y siguió operándose, tratándose para jugar.
La luz al final del túnel
Volvió a España, más concretamente para tratarse en Vitoria con el doctor Mikel Sánchez. Cuando éste vio todo lo que le habían hecho, se llevó las manos a la cabeza y dijo que le habían comido el hueso calcáreo y 8 centímetros de talón Además tenía tres bacterias, una de ellas la contrajo en un quirófano inglés. El 28 de mayo tuvo lugar su última reconstrucción de talón, tuvieron que trasplantar parte de la piel del antebrazo al talón. Ahora el tatuaje que tenía en el brazo está por la mitad y la otra está en el pie. En Octubre ya empezó ha correr y se cree que para Navidades podrá volver a entrenar con el primer equipo del Arsenal, la verdad que es toda una historia de superación. ¡Mucho ánimo Cazorla!
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